La crítica situación de Petróleos de Venezuela y la caída de la producción de crudos fueron tema recurrente durante las conferencias que se dieron en el marco de la 74º Asamblea Anual de Fedecámaras, en la que hubo consenso que la recuperación económica del país pasa por reactivar los volúmenes de extracción y el rescate de la empresa estatal.
“Tenemos una recuperación impresionante de los precios petroleros, gracias en parte a la crisis en Venezuela y en Irán, que hoy llega a 75 dólares por barril y sin embargo por primera vez no vamos a poder beneficiarnos porque tenemos un problema de productividad”, dijo el analista y politólogo Michael Penfold, investigador del Centro de Políticas Públicas del IESA. “PDVSA es una empresa cada vez más ineficiente sacando petróleo y cada uno de esos taladros que son muestra de una inversión, apenas supera los 23-24 equipos en operación”, añadió.
Otra de las consecuencias del deterioro en la industria petrolera es la posibilidad de que Venezuela pierda sus principales activos en el extranjero, como Citgo, la filial de PDVSA en Estados Unidos.
“Si ahora produjéramos lo poco que producíamos a finales del año pasado e importáramos lo mismo tendríamos un superávit comercial. Aun subiendo los precios petroleros, producto precisamente de ese colapso, vamos a tener un déficit en nuestra balanza comercial y esto no resulta financiable”.
Adicionalmente, indicó que el gobierno de Nicolás Maduro dejó de pagar deuda de manera desordenada y PDVSA comienza a afrontar acciones legales que afectan aún más su productividad como ocurrió con el reciente arbitraje internacional que ganó Conoco Phillips.
“No hay manera de ver cómo van a financiar un modelo que no funciona y en el cual Venezuela ya no tiene activos que liquidar, en un país además que no tiene acceso a mercados de capitales, que no quiere acceder a los organismos multilaterales, que no quiere cambiar sus políticas públicas y en el cual sus socios bilaterales vienen reduciendo de manera muy importante su financiamiento”, señaló.
También se refirió al tamaño de la depreciación económica en Venezuela como pasmoso. “La magnitud de la crisis que estamos viviendo en el país es sin duda alguna la más importante que ha vivido América Latina y la más importante que hayamos vivido nosotros en nuestra historia contemporánea”.
El alza constante en los precios de bienes y servicios también fue foco en su presentación. “Estamos viviendo una hiperinflación de prácticamente 6 dígitos y si seguimos así vamos a estar en una hiperinflación de 7 dígitos, además que el 92% de la población utiliza más del 90% de su ingreso para comprar alimentos y esa hiper hoy es de 250% al mes, los alimentos se duplican de manera semanal”.
Se refirió al colapso de los servicios públicos que se ve en las protestas (falta de gas, el problema eléctrico, agua, transporte público) y además es un problema que está concentrado en ciudades en un país que es el más urbano de América Latina.
“Somos un Petroestado. El control político de la renta petrolera genera mecanismos de distribución que hacen difícil ese proceso de quiebre. Y eso tiene un costo fiscal”, dijo Penfold. “Además tenemos un sistema que induce el control social sobre la ciudadanía, es decir, que es capaz de utilizar mecanismos de acceso a la alimentación, a la salud, a la vivienda para poder inducir comportamientos políticos que permitan sostener el actual estado de cosas”, agregó.
Al proponer soluciones a futuro, Penfold dijo: “Para superar todos estos problemas se requiere unidad. No hay forma que salgamos donde estamos sin una altísima dosis de cooperación política”. “Solo en la medida en que la unidad permita reinstitucionalizar a Venezuela vamos a poder cooperar para enfrentar un programa de estabilización macroeconómica que necesitamos, un programa de emergencia social, un programa de reactivación productiva y un programa muy agresivo de recuperación petrolera”.
Hiperinflación incubada
La economista y directora de Síntesis Financiera Tamara Herrera explicó que la hiperinflación en Venezuela es incubada por las políticas promovidas por el gobierno, como la sobre regulación de precios, el control de cambio (que ya lleva 15 años), la apropiación de la renta petrolera, la subordinación del Banco Central de Venezuela y la no rendición de cuentas.
Herrera señaló que fue un error convertir al BCV en un banco de desarrollo que imprime la cantidad de dinero necesario para cualquier gasto, lo que se logró de manera abierta a partir de 2009. “Un país que no está informado incuba la corrupción”, afirmó durante la asamblea de Fedecámaras. La información sobre crecimiento económico o los contratos de endeudamiento del gobierno no se publica.
La única arma que ha empleado el gobierno para combatir la inflación es la sobrevaluación de la moneda, producto del control de cambio. Los diferentes tipos de cambio distorsionan los precios, se promueve la dependencia a las importaciones y se ha ignorado el debilitamiento de la industria petrolera, que se ha encubierto por los altos precios del petróleo.
Con respecto a la inflación, Herrera se refirió a una tasa mensual de 200% para fines de año y que pudiera alcanzar los siete dígitos, es decir, por encima de un millón.
La economista también añadió que es urgente la implementación de un plan de recuperación económica que cuente con credibilidad y gobernabilidad por lo que se necesita incorporar a todos los sectores del país. Herrera también recomendó que se haga una asistencia social apolítica, se reestructure la deuda pública y se haga una reingeniería de Pdvsa.
Proceso depreflacionario
El analista financiero Leonardo Buniak y consultor en Planificación estratégica y calificador de riesgo bancario explicó como la forma como nos miran los demás países influye en la capacidad de Venezuela de captar inversiones internacionales. “Venezuela está en un proceso “depreflacionario” o de contracción económica agravada.
“Cuando hablamos de desafíos geopolíticos una de las cosas que tenemos que cambiar es la percepción de riesgo que toda la comunidad internacional tiene de Venezuela”. “Venezuela entra en el ranking mundial de los países menos vistos para hacer negocios, donde las libertades económicas y empresariales están ampliamente restringidas”.
La última calificación de Venezuela está en carácter de default junto a países como Libia, Siria, Irak, Irán, Afganistán, Corea del Norte, Somalia y Yemen. “Venezuela ha entrado en el epicentro del panorama geopolítico del conflicto y está tomando parte de las tensiones de África del Norte y del Medio Oriente en conflictos étnicos y religiosos. “Venezuela apoya a los sunitas y chiitas con el objetivo de hacerle rivalidad a Israel porque es prooccidental y pronorteamericano”.
“El costo de oportunidad de una mala calificación es la capacidad de recoger fondos del mercado internacional, de ser captador neto de la inversión extranjera directa, de ser captador neto del turismo internacional”, dijo Buniak en el foro de Fedecamaras. “Debemos cambiar la percepción global de Estado fallido”.
Al referirse a la actual situación del país Buniak señaló que: “La economía este año puede caer 18 puntos con 20 trimestres de contracción económica agravada y con una pérdida del PIB de 50% en los últimos 4 años. La contracción económica genera desempleo, la inflación genera caída en el salario real y la ecuación que se genera se llama pobreza crítica y extrema”.
Buniak también explicó que otro elemento que influyó en la crisis de Venezuela fue ser protagonista del mapa de la diáspora planetaria, producto de violencia política, entre otros factores y ha originado la exportación de capital humano a países como Canadá, Estados Unidos, México o Colombia, que actualmente es el sexto proveedor de petróleo al país del norte.
Para lograr la recuperación económica Buniak recomienda el regreso de la inversión extranjera directa y los flujos de capitales, renegociar la deuda externa y promover el turismo internacional.
“Venezuela debe avanzar hacia un plan de estabilización macroeconómica que permita superar todas las distorsiones económicas en el corto plazo, pero el plan también debe ser complementado con reformas estructurales que permitan el crecimiento sostenido no inflacionario”, acotó.
En ese mismo contexto se requiere un plan de emergencia, de auxilio financiero de organismos multilaterales para poder darle comida y medicinas a los dos tercios de la población venezolana que ya pasan a formar parte de una catástrofe humanitaria.
PUBLICADO: 04 de julio de 2018