Por Andrés Rojas Jiménez
La organización Atlantic Council, un think tank con sede en Washington, realizó una encuenta entre venezolano y cubano-americanos, la cual revela que 70% simpatiza con la política de máxima presión o las sanciones que impulsó el gobierno de Donald Trump principalmente al sector petrolero venezolano para propiciar un cambio de gobierno; pero al mismo tiempo, esa población muestra desconexión y poco endimiento sobre la forma como estas medidas han agravado la situación económica al tiempo que una parte admitiría la posibilidad de una revisón por parte del gobierno de Joe Biden.
El politólogo venezolano Diego Area, director del Atlantic Council, señala la necesidad de una revisión de esa política, pero advierte que eso pasa por entender los sentimientos y percepciones que manifestan los venezolano-americanos sobre lo que el gobierno de Estados Unidos debería hacer con respecto a la administración de Nicolás Maduro.
-¿Quiénes son los venezolano-americanos?
-La característica de ese venezolano es que en promedio tienen 20 años o más en los Estados Unidos, tiene estabildiad económica y le dan una relevancia preponderante a la política de los Estados Unidos. ¿Cómo va la economía?¿Cómo es el manejo de las vacunas? Pero también tienen un vínculo con Venezuela y una posición ideológica porque forman parte de ese grupo superior a 5 millones de personas que tuvieron que escapar de la situación compleja que vive el país.
-¿Cuál es su preferencia poĺitica en los EEUU?
-En su mayoría son conservadores y anti socialistas porque es una respuesta a la potencial causa de su migración que fue la presidencia de Hugo Chávez inicialmente y luego la de Nicolás Maduro. Un poco más de seis de cada diez votaron por el ex presidente Donald Trump en las elecciones de 2020. Específicamente con Trump manifiestan un apoyo importante no solo a su figura sino a lo que fue su política dura de máxima presión hacia Venezuela y también hacia Cuba. Es una tendencia transversal. La mayoría (89%) considera que Maduro y su mal manejo del gobierno es la causa de la crisis que existe en Venezuela; pero cuando enfretamos con la realidad de lo que viven diariamente los venezolanos, vemos que hay una oportunidad para la administración de Biden de repensar la política hacia Venezuela desde la perspectiva doméstica
-¿No es contradictorio la preferencia de estos venezolano-americanos por la política de máxima presión de Trump, al mismo tiempo que apoyarían flexibilizar alguna de esas sanciones?
-En esta población hay una base dura, conservadora y fuerte que no flexibiliza su posición inicial más allá de las realidades que se constrastan. Siete de cada diez encuestados resplada la política de máxima presión, pero cuando les contrastamos con posibilidades de concesiones políticas o ayuda humanitaria, vemos que hay un espacio importante de aproximadamente 40% de esa población que está abierta a que se redefina la política para ayudar a los venezolanos que están en Venezuela.
-¿Quiere decir que 40% de esa población de venezolano-americanos, que son conservadores, aceptarían una flexibilización de las sanciones?
-Yo refrasiaría eso y diría que más bien que están abiertos a que haya una redefinición de la política con enfoque en ayuda humanitaria, en concesiones que permitan a los factores de derechos humanos seguir operando en Venezuela y apoyar a la sociedad civil democrática a seguir resistiendo internamente.
-¿Esos venezolanos-americano no perciben que por las sanciones se están afrontando problemas con la distribución del diesel y la gasolina o se complica a cualquier venezolano que viva en el país tener o manejer una cuenta en un banco en los Estados Unidos?
-Hay una realidad objetiva muy importante como es la desconexión sobre los problemas y los contextos de vida de un venezolano que vive en la Florida desde hace más de 20 años evidentemente sobre un país como Venezuela, que ha pasado por una acelerada y agresiva desconfiguración de su economía y de la democracia. Hay poco entendimiento del impacto humano que tiene la presión diplomática que se está aplicando este momento y de la situación política en general. No podemos decir que la situación económica y la crisis humanitaria es causada por las sanciones, pero sí es acelerada y multiplicada. Esa es una discusión que debe darse pero no se tiene suficientemente. Hay una oportunidad en este momento por el cambio de administración en los Estados Unidos para redefinir estrategias que sean más efectivas porque al final no lo fueron. Dos años después del inicio de ese campaña de máxima presión, el país está en peores condiciones y la poĺitica está más complicada y la gente está sufriendo más aún.
-¿Esos venezolano-americanos tienen la percepción de que la poĺitica de sanciones fracasó?
-No hicimos una pregunta sobre eso. Yo creería y podría intuir por tener acceso a los datos demográficos de los sentimientos que aparecen en la encuesta, que la mayoría de ellos apoya que se mantenga la política de sanciones y no ven la como un fracaso sino como un avance para limitar la capacidad que tiene el régimen de seguir robándose dinero que viene del petŕoleo o seguir haciendo operaciones ilegales sin ningún tipo de restricción. Hay un apoyo inherente y una sensación de carácter punitivo ante quienes han causado la crisis, de castigo a Maduro y al régimen.
-¿Los venezolano-americanos comparten el criterio que la política de sanciones es bipartidista como ha insistido autoridades que estuvieron con Trump y ahora quienes forman parte del equipo de Biden?
-Hay una percepción común y compartida tanto por el Partido Repúblicano como por el Demócrata sobre la naturaleza de lo que está sucediendo en Venezuela, de cuáles son las potenciales soluciones , cómo se debe atender la ayuda humanitaria, cuál debe ser la polìtica para los venezolanos que están dentro de los Estados Unidos como el caso del TPS y vemos que ocho de cada diez dicen que es muy importante que la nueva administración mantenga a Venezuela como alta prioridad en su agenda. Esto se convierte en un llamado de que hay una expectativa de ese electorado, que tiene una importancia clave en un estado que es clave para la política nacional de los Estados Unidos de manera que se mantenga a Venezuela en un alto puesto de la agenda política, que haya energía, recursos y acciones concretas para tratar de aliviar la situación y de resolver la crisis y encontrar una solución a lo que está ocurriendo.
PUBLICADO: 19 de abril de 2021