Las pérdidas acumuladas por Repsol durante nueve meses de 2020 alcanzaron 2.578 millones de euros, resultado negativo ocasionado por la contracción en las ventas y la caída en el precio del petróleo debido a los efectos de la pandemia del coronavirus Covid-19.
“Entre enero y septiembre la cotización media del crudo Brent cayó un 36% y la del WTI un 33%, con precios medios cercanos a los 40 dólares por barril para ambos indicadores. Por su parte, el gas Henry Hub disminuyó su cotización media un 30%, arrojando un precio medio para el periodo de 1,9 dólares por millón de BTU”, señala la empresa española en su informe. “En un entorno marcado por la pandemia que el mundo está afrontando, Repsol priorizó la continuidad de su actividad sobre los habituales criterios de rentabilidad, dado el carácter esencial que sus productos y servicios tienen para la sociedad y para que ésta pueda enfrentarse a la crisis”, acotó.
Al respecto los resultados señala que 53% de las pérdidas (1.376 millones de euros) se debieron a posiciones patrimoniales que tiene Repsol en negocios en América Latina donde su actividad se ha visto comprometida por medidas económicas y políticas.
“Los resultados específicos en nueves meses de 2020 corresponden a la provisión en el negocio de exploración y producción tras asumir un escenario de precios de crudo y gas menor, al efecto negativo del tipo de cambio en posiciones fiscales principalmente en Brasil y provisiones de riesgo de crédito en Venezuela”, señala Repsol.
El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, al presentar sus resultados informó que la compañía puso en marcha el Plan de Resiliencia a finales de marzo, ante la caída de los precios de las materias primas y de la demanda provocada por el coronavirus.
El Plan contempló la adopción de una serie de medidas dirigidas a lograr la generación de caja y fortalecer el balance, reducir la deuda net y los costes operativos e inversiones.
“Nuestra fuerte generación de caja durante el periodo muestra la eficacia de nuestro Plan de Resiliencia porque hemos sido capaces de obtener un flujo de caja operativo positivo en todos los negocios, totalizando 2.122 millones de euros en los nueve primeros meses del año, acreditando nuestra solidez incluso en un escenario tremendamente complejo, con precios de las materias primas deprimidos y una demanda inusualmente baja”, dijo Jon Imaz.
La deuda neta se ha reducido desde diciembre hasta fines de septiembre en 882 millones de euros, hasta situarla en 3.338 millones.
PUBLICADO: 29 de octubre de 2020