Por Andrés Rojas Jiménez y Alexander Uzcátegui
La firma consultora Ecoanalítica publicó un informe sobre el sector de los hiidrocarburos en Venezuela bajo el título “Una recuperación de la producción a costa de más opacidad”, que advierte por un lado sobre las pérdidas en las que incurre Petróleos de Venezuela (PDVSA) por los enormes descuentos que debe otorgar pero al mismo tiempo señala la posiblidad de recuperación en producción e ingresos en un escenario de flexibilización de sanciones por parte del gobierno de Estados Unidos.
Asdrúbal Oliveros, socio director de Ecoanalítica, explica parte del contenido de este estudio con Petroguía en una entrevista en la que se refiere a la forma como la administración de Nicolás Maduro evadió las sanciones que le impuso el gobierno de Estados Unidos a PDVSA pero también advierte sobre los riesgos que afronta la empresa estatal por los vínculos políticos con Rusia en el contexto de la guerra en Ucrania.
-En el tema de las rebajas que otorga PDVSA, ustedes hablan de una cifra aproximada de 40% de descuendo en el precio de venta del petróleo por el hecho que el comercio tiene que hacerse a través de intermediarios y se pierden hasta 4.000 millones de dólares al año. Si no cambia el escenario de sanciones, ¿PDVSA tendrá que seguir con los descuentos?
-Ese descuento comenzó con las sanciones más agresivas al tema petrolero por parte de la administración Donald Trump. Fue muy significativo en los años 2019 y 2020, pero comenzó a reducirse en 2021. La hipótesis que manejamos es que la administración de Joe Biden no fue tan incisiva en el seguimiento de las sanciones como sí ocurrió en la de Trump y eso le permitió a Venezuela mejorar un poco la colocación.
Sin embargo en el contexto actual, el descuento tiene incentivos para volver a subir por la entrada de Rusia en escena. Rusia pasó de ser un aliado del gobierno de Maduro a ser un competidor, está también en el mercado de los países sancionados con unas medidas muy agresivas en este momento. Tiene que colocar ese crudo en alguna parte, exporta siete veces más que Venezuela, el mercado asiático está al lado, por lo que al final Venezuela ahora compite con Rusia por ese mercado y se verá forzada a aceptar mayores descuentos para poder colocar crudo y no llegar a una situación de acumulación de inventarios y peor aún con el riesgo de recorte de producción por no tener capacidad de colocación. En tal sentido, el escenario pareciera ser un tanto negativo para PDVSA .
-El estudio de Ecoanalítica indica que cerca del 60% del crudo exportado pasa por el sistema financiero ruso. ¿Quiere decir esto que todo ingreso por exportación que reciba PDVSA se canaliza a través de los bancos de Rusia?
-Venezuela al estar sancionada tiene limitaciones para manejar el dinero de las exportaciones en el sistema financiero tradicional de bancos de Estados Unidos, Europa, América Latina y Asia. Por eso el crudo venezolano se vende con una ingeniería financiera sofisticada, pero a la vez simple. Una parte importante del crudo se vende en efectivo, hay muchos intermediarios y por eso los descuentos y las pérdidas para PDVSA. Otra parte del crudo va hacia China porque no está dispuesta a pagarlo directamente a Venezuela para evitar el impacto de las sanciones sobre su sistema financiero. El crudo se coloca en China a través de Malasia, se paga a Malasia o a intermediarios en ese país. El dinero va al sistema financiero ruso y de allí se canaliza a Venezuela en efectivo y se paga a proveedores. Esa estructura hoy está en entredicho por lo que está pasando en Rusia. ¿Con la actual situación que afronta Rusia cómo hace PDVSA para sacar ese dinero? No tiene efectivo para sacar o enviar ese dinero a Venezuela. Es una complicación que quizá aún no se ha resuelto y complica el sistema de pagos para Venezuela y la provisión de efectivo del Estado venezolano. No es descabellado que incluso haya una parte de dinero de PDVSA que se haya quedado atrapada en bancos rusos por todas las limitaciones que se han impuesto tras la invasión a Ucrania.
-Indica el estudio que en un eventual escenario de que el gobierno de Joe Biden levante las sanciones en 12 meses los ingresos de PDVSA podrían aumentar a cantidades que están entre 24.000 y 29.000 millones de dólares. ¿Cuánto dinero haría falta invertir para tener esos ingresos?
-Hay como dos fases. En la primera hay un incremento en la producción que es fácil lograr con la capacidad ociosa que ya está y no amerita grandes niveles de inversión. Los expertos hablan que eso puede estar entre un millón y un millón 200.000 barriles.
A partir de allí obviamente sí amerita unos niveles de inversión que pueden ser importantes, que pueden estar en 4.000 millones de dólares como mínimo, que probablemente vaya a venir de los socios y de las condiciones que Venezuela negocie con ellos.
Es factible tener un aumento inicial, una especie de impulso, y luego lograr acuerdos de cambio en el marco regulatorio, gobierno corporativo e incluso fiscal y tributario que le permita a los socios privados de realizar inversiones para incrementar la producción. Eso pasa por unas garantías que tienen que ser muy sólidas para que estas empresas estén dispuestas a invertir en Venezuela.
-Quisiéramos conocer la lectura que hace a la reunión de autoridades de la administración Biden con el presidente Nicolás Maduro. ¿Habría una intención de lograr un acuerdo con Estados Unidos ante la complicación que surge con el sistema financiero ruso?
-Hay una oportunidad de oro en este momento para relanzar y darle espacio a la negociación que ojalé llegue a buen término. Que permita acabar con el aislamiento que tiene Venezuela, volver a insertarnos en la dinámica internacional, sobre todo poder tener acceso a fondos de inversión, préstamos o renegociación de deuda, los cuales permitan que Venezuela pueda recuperar su senda de crecimiento.
Digo que hay una oportunidad por la complejidad que tiene en este momento para Venezuela el problema con Rusia y las dificultades que pueda afrontar para colocar el crudo con mayores descuentos. Esto abre espacio para volver a nuestro mercado natural, seguro, con pago al día, que es el mercado americano.
La vuelta de PDVSA al mercado norteamericano no está exenta de riesgos y no se va a entregar sin mayores concesiones. Tiene una dinámica política y lo que se tiene que lograr es sincronizar esta dinámica geopolítica y económica ligada al petróleo con la dinámica política propia de Venezuela que permita destrancar el juego de la negociación. Es una oportunidad de oro pero no es infinita en la medida que el problema de Rusia se vaya resolviendo, baje en intensidad o que los países consigan otros sustitutos confiables de petróleo, Venezuela va a perder relevancia. Por eso creo que hay que aprovechar el tiempo para ver si se puede dar esa negociación.
-En el estudio plantean distintos escenarios. ¿En qué se diferencian el que llaman moderado al que consideran como optimista?
-Depende mucho del grado de discusión sobre el tema de las sanciones. En un escenario moderado asumimos que no hay levantamiento de sanciones, pero sí se otorgan algunas licencias. Incluso PDVSA con impulso propio puede lograr un incremento de producción y se logre llegar a un millón de barriles diarios.
En cambio, un escenario optimista es si se logra destrancar el juego con una negociación más profunda con PDVSA y sus socios. Eso se suma a un programa de levantamiento sostenido de producción.
Estoy convencido que el gobierno americano no va a dar un paso de desmontaje agresivo de sanciones si eso no viene acompañado de algún tipo de acuerdo político o del inicio de una negociación para lograr acuerdos políticos.
-¿Eso implica que el gobierno de Maduro acepte una negociación con la oposición?
-Es una poisiblidad pero creo que hay dificultades de lado y lado tanto por el lado de las propias dinámicas internas del gobierno de Nicolás Maduro y también de la oposición que tiene un espectro amplio importante. Hay elementos ligados a estrategias. Esta es una negociación a dos niveles: por un lado entre venezolanos, es decir entre el gobierno y la oposición; y por otro lado con Estados Unidos a la cabeza, pero todas están relacionadas. Me cuesta pensar que puedas tener una negociación de la oposición sin Estados Unidos, pero tampoco una directa entre ambos gobiernos sin la dinámica política interna. Todo esto está mezclado y por eso la negociación resulta complicada pero no imposible.
-En caso de que se levanten las sanciones y Venezuela comience a exportar petróleo a Estados Unidos, ¿en cuánto se puede reducir el descuento en las ventas?
-Puede ser muy significativo, casi cero. Con el levantamiento de sanciones no solo se va a tener una señal de Estados Unidos sino que impacta el resto de los mercados. El resto de los países puede decir que si Estados Unidos le está comprando petróleo a Venezuela porque le levantó las sanciones, entonces cualquir otro país puede preguntarse por qué no comprar petróleo venezolano. En ese escenario, el descuento se reduce a cero. Probablemente quedarían algunos contratos que se hayan firmado y que PDVSA tendría que respetar.
-¿La forma como PDVSA exporta en la actualidad pareciera indicar que las sanciones fracasaron porque no frenaron el comercio y no cumplieron con el objetivo de un cambio político?
-Sí, totalmente, el gobierno le dio la vuelta como se dice en criollo. Las sanciones generaron un efecto desigual porque el gobierno logró sobrevivir a ellas, adaptarse, generar una estructura para enfrentarlas, pero el sector privado las sufre en carne propia por el tema de reputación, lo que los economistas llamamos el riesgo moral o lo que llama como overcompliance o sobrecumplimiento, es decir, el exceso de revisión. Hoy por hoy es una paradoja porque el sector privado es más proclive a tener dificultades para entenderse con el exterior, comercializar bien y para mover su dinero que el propio gobierno.
Sí creo que hace falta una revisión del tema de las sanciones, pero no puede darse unilateralmente, sino que tienen que darse en el marco de una negociación política que permita destrancar el juego y que Venezuela logre resolver su problema político, pero eso es una condición necesaria pero no suficiente para poder avanzar.
-Hemos visto una serie de medidas económicas por parte de la administración de Nicolás Maduro, que incluye la dolarización y la eliminación de los controles de cambio y precios. ¿Esto es una rectificación de la administración de Nicolás Maduro de lo que fue el legado del presidente Chávez?
-Una adaptación, yo no utilizaría la palabra rectificación. El chavismo tiene como norte y lo tiene muy claro la retención del poder a toda costa y creo que es capaz de mutar con el fin de mantener ese objetivo. El chavismo ha mutado y ha entendido que el sector privado ahora puede ser un aliado, siempre y cuando no se meta en política; ha entendido que tiene un Estado más pequeño y por lo tanto el espacio del sector privado es importante. El chavismo ha entendido también que si se financia con exceso por el Banco Central de Venezuela terrmina en hiperinflación y eso es mucho peor. Es un gobierno que tiene la capacidad de aprender de sus errores y de mutar con el fin de retener el poder a toda costa. En conclusión, lo que tenemos es una mutación en la que el chavismo se adapta a una nueva realidad para la retención del poder. No me gusta la palabra rectificación porque si esa realidad cambia y el chavismo nuevamente se siente cómodo con otra perspectiva o con volver a lo que era antes lo va a hacer. Depende mucho de las circunstancias. Hoy tiene un Estado pobre, pequeño y cuyo flujo de ingresos es limitado. Incluso, en estos escenarios que hemos mencionado en el informe, el incremento en el mejor escenario es apenas la mitad de los ingresos de lo que logro el chavismo en su mejor momento. Por eso el chavismo tiene un espacio acortado y se ha adaptado al mismo, si eso cambia entonces también van a cambiar.
-En ese proceso de adaptación del chavismo, ¿visualizas la posibilidad que se hagan cambios o reformas legales en materia petrolera como permitir mayoría accionaria de compañías extranjeras en las empresas mixtas que están con PDVSA o una especie de apertura?
-Eso es factible por lo menos desde el alto Gobierno pero en otros actores no tanto. La dificultad no está tanto en la oposición ni en la sociedad venezolana, sino que la dificultad va a estar en grupos que siguen pensando en el legado de Chávez, siguen atados a esa visión y pueden oponer resistencia a una modificación profunda del marco legal petrolero en la Asamblea Nacional. Esa es una batalla que va a efrentar Maduro pero si no se hacen una reforma legal difícilmente podrá lograrse niveles de inveresión importantes por parte de las compañías internacionales en Venezuela. Hace falta un nuevo marco legal y nuevas condiciones que sean claves para que esas empresas puedan volver a entrar e inviertan. Eso solo es posible con otra estructura legal que el chavismo tendrá que negociar hacia adentro.
PUBLICADO: 19 de abril de 2022