Las cifras del Departamento de Energía de los Estados Unidos indican que las importaciones de petróleo extraído aguas profundas en Guyana por parte de la nación norteamericana se incrementaron en 19% durante el primer semestre de 2023 cuando se compara con el mismo período del año pasado.
En total se enviaron 93.000 barriles diarios de crudo guyanés entre enero y junio. Casi que todo ese volumen –alrededor de 96%- fueron comprados por Chevron para sus refinerías y esta es la razón por la cual esta empresa tiene toda la intención de participar en la ronda de licencias que auspicia el gobierno del presidente Irfaan Ali para la exploración y explotación de nuevos yacimientos en aguas profundas de Guyana.
El problema se presenta que estas áreas entran en la discusión si ese espacio marítimo y de aguas profundas se consideran como parte de la extensión del territorio de 159.500 kilómetros cuadrados en la margen oriental del río Esequibo, la cual representa las tres cuartas partes de Guyana y que Venezuela reclama desde el siglo XIX aunque en determinados momentos sus gobiernos han optado por congelar la disputa limítrofe.
Chevron intenta evitar verse envuelta en el reclamo territorial como si ha ocurrido con Exxon Mobil, que ha apoyado a las autoridades guyanesas en el reclamo del Esequibo ante la Corte Internacional de Justicia y de esa manera abandonar toda negociación por la vía diplomática como es la pretensión de Venezuela, como sostiene el presidente Nicolás Maduro.
Se debe recordar que durante la administración de Hugo Chávez, entre 1999 y 2012, se llevó adelante una suerte de congelamiento de facto en el reclamo del Esequibo por parte de Venezuela, y más bien se facilitó la cooperación al punto que Guyana ingresó como uno de los países beneficiarios del acuerdo de Petrocaribe mediante un intercambio o canje de combustibles por arroz paradójicamente sembrado y cosechado en el territorio en reclamación.
Fue notoria la venta del arroz del Esequibo en las tiendas de Mercal y PDVAL y más recientemente su inclusión en las llamadas bolsas o cajas de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción conocidos como CLAP.
Chevron quiere mantener sus operaciones en los dos países y no verse envuelta en un dilema. Por un lado las presiones del gobierno de Nicolás Maduro, que se ha visto beneficiado por la reactivación de las exportaciones de crudo venezolano hacia el mercado estadounidense tras la licencia que el Departamento del Tesoro otorgó a la empresa; y las que puedan surgir por parte de Guyana.
“Chevron está caracterizada por el pragmatismo y está haciendo todo lo posible por estar en ambos países y tener buena relación con los dos gobiernos. Por todos los medios intentara que la metan en el tema del Esequibo”, dijo una fuente vinculada a la empresa. “Sinceramente no veo al presidente de Chevron Venezuela, Javier La Rosa, abandonando la hermosa quinta que habita en la urbanización Valle Arriba en Caracas para mudarse a Georgetown”, agregó.
Por lo pronto, la data del Departamento de Energía indica que Chevron entre enero y junio llegó a recibir un pico de 121.000 barriles diarios de crudo extraído en Guyana durante el mes de febrero mientras que en ese mismo período envió hacia los Estados Unidos un promedio de 110.000 barriles diarios de crudo venezolano.
PUBLICADO: 05 de octubre de 2023