Por Andrés Rojas Jiménez
“La Gran Transformación”. Así se llamará el programa económico del candidato presidencial venezolano Henri Falcón gane los comicios del próximo 20 de mayo. Su impulsor es el economista Francisco Rodríguez, quien señala que en el ámbito de los hidrocarburos plantea una modificación legal que pretende ampliar la participación de los socios de PDVSA en empresas mixtas, incluso con mayoría accionaria. También considera pertinente una revisión de los subsidios a los combustibles que representan una pérdida por 8.100 millones de dólares al año y la devolución al sector privado de las empresas contratistas que fueron tomadas en el año 2009.
“Una parte central de nuestra propuesta será la de devolver al sector privado las 3.000 empresas que expropiaron Chávez y Maduro, y eso incluye a las contratistas de Petróleos de Venezuela que fueron tomadas y no han recibido compensación”, señala Rodríguez.
Este economista, egresado de la Universidad Católica Andrés Bello, se dio a conocer a principios del gobierno del presidente Hugo Chávez, en el año 2000, cuando asumió la dirección de la Oficina de Asesoría Económica y Financiera de la Asamblea Nacional, pero en los días previos a los sucesos de abril de 2002 marcó distancia con respecto al chavismo.
“Si volviera a tener 30 años, volvería a tomar la decisión de apoyar a Chávez porque queríamos enfrentarnos a la visión que tenía Jorge Giordani, quien le hizo mucho daño al país, aún cuando hoy intenta eludir responsabilidades. Esa pelea la perdimos”, comenta Rodríguez, quien ahora impulsa la dolarización como una de las medidas bandera de Falcón, pero también contempla medidas de corto plazo para frenar la caída de producción. Critica la designación del mayor general Manuel Quevedo como ministro de Petróleo y presidente de la empresa estatal, así como advierte sobre las consecuencias negativas que está teniendo la acción de la Fiscalía General de la República con la detención de gerentes de la industria
-¿Qué plantea en materia petrolera en el programa de Henri Falcón?
Lo que ha ocurrido en el sector petrolero es una tragedia. La industria que provee 95% de los ingresos en divisas, como toda la economía, está en caída libre. Solamente la reducción de la producción durante el gobierno del presidente Nicolás Maduro alcanza más de 1,3 millones de barriles diarios y todas las medidas que toma lo que hacen es empeorar las cosas. Es un sector que pareciera estar a la deriva y sin estrategia de reestructuración de la deuda de PDVSA.
-¿No ve posible una rectificación del Gobierno?
Todo el mundo es capaz de rectificar. Siempre esa posibilidad existe pero las probabilidades me parecen bastante bajas cuando ya este Gobierno lleva casi los 6 años en el poder. Por eso el planteamiento que estamos haciendo a la población es que no le den 6 años más y por eso estamos pidiendo a los venezolanos que vayan a votar, que se expresen y hagan imposible que Nicolás Maduro se quede en el poder.
A nivel petrolero, lo que estamos planteando es mejorar y profesionalizar la gerencia de la industria petrolera, se tiene que ir a un esquema que PDVSA sea manejada por técnicos y profesionales del sector y no por militares. Esta industria se tiene que despolitizar porque no puede seguir teniendo el activismo político al que se ha visto sometida, o a las decisiones de ponerla a hacer cosas que están fuera de su ámbito. Es una empresa que debe ser administrada con el mismo criterio de eficiencia de una privada.
-¿Qué medidas se podrían adoptar en los primeros 100 días de gobierno de Henri Falcón para frenar la caída de la producción?
Sobre esa caída han incidido una serie de factores, comenzando por el hecho de que la industria está siendo administrada por gente que no sabe nada de petróleo y también por el hecho de que las purgas de la Fiscalía en PDVSA acabaron con los cuadros profesionales que quedaban en la empresa.
-¿Se refiere a las acciones del fiscal Tarek William Saab?
Sí. No me corresponde juzgar sí son o no ciertas pero indudablemente afectaron las operaciones de PDVSA. A eso se suma un éxodo de trabajadores que se va del país al igual de lo que estamos viendo en todo el sector público y en empresas privadas. En el caso de Petróleos de Venezuela con la gravedad que algunos de esos trabajadores son cruciales para la industria y tienen una experiencia que les da movilidad internacional a la que pueden tener otros funcionarios. Al mismo tiempo también es innegable que el efecto de las sanciones económicas sobre PDVSA ha causado serios impedimentos a su capacidad operativa y esas son sanciones que llegarán a su fin en el momento que Venezuela exista un gobierno constitucionalmente electo en el momento que Henri Falcón se juramente ante la legítima Asamblea Nacional de Venezuela.
-¿Esas sanciones se podrían levantar a corto plazo si gana Henri Falcón?
Claro que sí. Esto nos lleva a la discusión un poco arcana sobre si la comunidad internacional va a reconocer una victoria de Henri Falcón y mi respuesta es obviamente sí. Si se logra ganarle a Nicolás Maduro con todas las trampas que ha hecho como el adelanto de elecciones, la convocatoria de la Asamblea Constituyente y todas las triquiñuelas que hace para tratar de alterar el resultado electoral por supuesto que la van a reconocer, pero además allí hay un punto más básico como es que en realidad la instancia competente para reconocer las elecciones es la Asamblea Nacional. La comunidad internacional no existe en abstracto, sino que intervino en Venezuela porque el Gobierno y el Tribunal Supremo de Justicia atropellaron a la Asamblea Nacional y trataron de quitarle poder y validez. Incluso, crearon una Asamblea Nacional Constituyente paralela con el fin de hacer lo que no pueden con la Asamblea Nacional. Por lo tanto, en el momento que Henri Falcón se juramente ante la Asamblea Nacional y los diputados lo acepten como presidente por supuesto que ocurrirá lo mismo con la comunidad internacional.
-¿Hay que modificar el régimen tributario petrolero?
Hay algo que ha golpeado al sector como es la falta de inversión y eso ha ocurrido porque el Gobierno ha sobre gravado a la industria y por eso vamos a limitar esos gravámenes y en particular en momentos de auge de precios a través de disposiciones que vamos a incluir en una ley de responsabilidad fiscal con el fin de evitar que el Estado haga modificaciones como las que se dieron los impuestos a las ganancias exorbitantes del presidente Hugo Chávez. Además vamos a ir a un proceso en el cual se va a incorporar el capital privado con el esquema de mayor participación.
-¿Tiene que ser modificado el esquema de empresas mixtas con mayoría de 60% para PDVSA?
Vamos a proponer a la Asamblea Nacional una modificación de la Ley Orgánica de Hidrocarburos para permitir que los socios privados tengan en determinados casos una mayoría accionaria. No en todos los casos PDVSA debe tener el control mayoritario.
-¿Eso no implica una reforma constitucional?
No. Solo se requiere una modificación en la Ley Orgánica de Hidrocarburos.
-¿Eso sería una respuesta de corto plazo?
Vamos a invitar al sector privado a incorporarse en la conducción de la industria petrolera justamente para reactivar la producción, tener mayor inversión y esa inversión se pueda dar a través de financiamiento, a través de deuda y para eso se requiere una reestructuración de la deuda externa y eso se puede dar a través de inversión en acciones de empresas mixtas. Lo que queremos es dar mayor flexibilidad en las modalidades que existen para la participación del sector privado y también la utilización de contratos de estabilidad jurídica, que permitan comprometer al Estado en no variar las condiciones de las condiciones tributarias y que en el caso de hacerlo el inversionista sea compensado.
-¿Contemplan reducir la tasa de regalía de 30%?
Se puede estudiar y en eso se debería ir a una mayor flexibilidad. En este momento se cuentan con los instrumentos para que el Estado tenga cierta flexibilidad en la aplicación de la regalía. No forma parte de una reforma central esta medida. Hay algunos casos que pueden pagar 30% y en otros una tasa menor.
-¿Cómo quedaría la política de subsidios?
Nuestro cálculo en este momento es que el subsidio de combustibles en el mercado interno de hidrocarburos tiene un costo de 8.100 millones de dólares. Por citar un ejemplo, en los cálculos que estamos haciendo para el presupuesto público los costos de nómina de todo el Gobierno central, incluida la nómina que se paga de manera indirectamente a través de transferencia a empresas públicas, Seguro Social, gobernaciones y alcaldías, es de 9.000 millones de dólares. El costo del subsidio a la gasolina. Ese es un subsidio que se va a eliminar pero con la progresividad necesaria que puede tomarse cuatro años. A medidas que se recupere los ingresos se irán incrementando las tarifas. Con la gasolina se puede tomar un esquema más rápido.
-¿Qué propone el plan con la deuda de PDVSA?
Se tiene que ir a toda la reestructuración de la deuda externa y en esta reestructuración lo que hemos planteado es que el principio básico sea decirle a los acreedores que necesitamos tiempo y un respiro. Venezuela tiene en este momento un producto interno bruto que estimamos por el orden de 230.000 millones de dólares. Eso equivale a 3.000 dólares por habitante y eso es extremadamente bajo porque es la mitad o un tercio de otros países latinoamericanos. Eso no es un producto normal para un país petrolero, la economía está destruida pero también está artificialmente restringida por las malas políticas económicas y eso lo que quiere decir es que si tenemos tiempo para arreglar esas políticas, esta economía debería recuperar su nivel normal en un tiempo moderado de aproximadamente cuatro años, que es el tiempo que estamos calculando para que se recuperen los salarios y ese sería el tiempo también para que el tamaño de la economía esté acorde con la capacidad productiva del país de alrededor de 300.000 millones de dólares. Para eso necesitamos espacio fiscal, tiempo y capacidad de dirigir los recursos hacia la inversión y la recuperación del país. Si los inversionistas y los acreedores nos permiten ese tiempo y nos dan ese respiro, nosotros vamos a poder recuperar la economía para estar en mejor de capacidad de pagar en el futuro. Entonces es una propuesta que debe ser interpretada por ellos como de ganar-ganar.
-¿Esa estrategia financiera con apoyo de organismos multilaterales?
Totalmente.
-¿Esa sería una prioridad suya como ministro de Economía de Henri Falcón: restablecer los nexos de Venezuela con organismos como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo?
Esos nexos no están rotos, pero en el plan que tenemos está el de ir a hablar con el FMI y todos los demás entes multilaterales, al igual que con los socios bilaterales, incluido China y Rusia y con todos los que estén dispuestos a ayudar entre las que se encuentra la iniciativa que está impulsando el ministro de Hacienda de Colombia, Mauricio Cárdenas para tratar de llevar adelante un plan de rescate para Venezuela.
-¿Esa estrategia toma como referencia el programa que usted coordinó con la propuesta que apoyó la UNASUR (Unión de Naciones Suramericanas)?
Tiene algunas características similares pero en ese momento la economía no estaba en hiperinflación y no había ocurrido la distorsión que estamos viendo en la capacidad de la economía a nivel de la industria petrolera ni el país se encontraba en la situación financiera de este momento. Por ejemplo, en ese documento no se proponía la dolarización sino que más bien se planteaba un régimen de flotación del bolívar con respecto al dólar. Ahora se tienen que adoptar medidas más agresivas porque los problemas son más serios.
El cambio del bolívar por el dólar
-Más allá de la dolarización, ¿qué contempla el plan del candidato Henri Falcón como medidas de corto plazo?
La dolarización tiene como objetivo revertir el fenómeno de la hiperinflación y propiciar la estabilización macroeconómica. Hay que entender que cuando una economía se encuentra en hiperinflación es como si estuviera en caída libre y esa situación se come la capacidad de gasto del Estado, está totalmente erosionada, tiene muy poca capacidad operativa y eso lo vemos en los bajos salarios que paga el sector público. Por eso es fundamental parar la hiperinflación en seco, pero también esa medida tiene otros efectos, tanto positivos como negativos, sobre la economía.
-Hay economistas que se oponen a la dolarización porque tiene efectos negativos
Nosotros no hemos dicho que una medida como esa no tenga costos pero cuando se adopta una política económica se tiene que sopesar los beneficios y los costos; y en este caso son más los beneficios porque no se trata sólo de abatir la hiperinflación sino de recuperar la estabilidad macroeconómica. Cuando se acaba con la hiperinflación se comienzan a recuperar los salarios reales y por eso hemos estimados que se debería ir a un salario mínimo de arranque de 75 dólares mensuales, estamos haciendo los cálculos presupuestarios para que los pueda pagar el Estado venezolano. Por tanto ya cuando se parte de esa base, se comienza a dar una recuperación de la economía.
-¿En los países de América Latina donde se ha dolarizado la economía eso ha ocurrido de esa forma?
No, pero por una razón importante, porque en esos países se tenía una estabilización económica o no existía hiperinflación, pero donde sí ocurrió esto fue en Zimbabue, en África, donde sí se dio una recuperación económica y de los salarios reales. Una economía como la venezolana no puede subsistir con salarios de 3 dólares como los que estamos viendo porque no son salarios de equilibrio.
-¿Por qué se llegó a ese nivel de salarios?
Eso ocurre siempre en economías con hiperinflación. Recuerdo la anécdota de un profesor argentino que me decía que su salario no le alcanzaba para comprar una caja de cigarrillos y eso ocurre con los gastos del Estado, que se está financiando mediante la impresión de dinero y eso destruye más que todo los ingresos fiscales, que son ingresos tributarios, el cual tiene una brecha entre el momento en que es causado y cuando es percibido. Por eso tenemos a un Estado que tiene sus ingresos fiscales destruidos y tiene que seguir imprimiendo dinero para financiarse.
-¿Cómo se corrige esa situación?
Se tienen que revertir las expectativas. Se debe tener un ancla de precios, que puede ser monetaria, es decir, que exista estabilidad en la oferta de dinero; puede ser cambiaria o la adopción de otra moneda. Lo bueno de la dolarización es que tiene garantizada la estabilización porque es la única política que mata la hiperinflación.
-En la práctica ya en Venezuela se está viendo una dolarización en el cobro de bienes o servicios
Lo que estamos viendo es una indexación al dólar pero aún no en todas las transacciones se está utilizando el dólar. La gente lo que está haciendo es revisar el precio de bienes y servicios de acuerdo al dólar en el mercado paralelo.
-¿Dolarizar elimina por completo el financiamiento que el Banco Central otorga a PDVSA?
Totalmente. La dolarización elimina la capacidad que tiene el Gobierno de imprimir dinero y por lo tanto el Banco Central no podrá financiar a PDVSA.
-De los modelos de dolarización que se conocen en América Latina, el de Panamá, El Salvador y Ecuador, ¿cuál sería el recomendable para Venezuela?
Vamos a tener un sistema que en cierto sentido se parecerá al panameño porque no se plantea retirar el bolívar completamente.
-¿Como en Panamá que existe la Balboa?
Lo que está previsto es un canje voluntario y en un escenario de hiperinflación la mayoría de los actores van a cambiar sus bolívares por dólares; y los bolívares que queden en circulación van a estar respaldos por las reservas internacionales en forma de una caja de conversión, entonces eso garantizará el valor de esos bolívares.
-¿No se corre el riesgo de que ocurra lo de Argentina que debió desmontar la caja de conversión del ministro Domingo Cavallo?
Hay una diferencia. Argentina se pudo salir devaluando pero no estaba dolarizada y resulta difícil para un país salirse de la dolarización, empezando por el hecho de que la gente no quiere que le quiten sus dólares. Tenemos el caso del Ecuador, donde el ex presidente Rafael Correa, quien al hacer campaña electoral promovió la eliminación de la dolarización y al llegar al poder se dio cuenta que no podía hacer eso.
-¿Cómo queda el rol del Banco Central de Venezuela en una economía dolarizada?
El Banco Central continuará pudiendo aumentar o restringir la liquidez mediante medidas como el aumento del encaje legal a los bancos; incluso se puede ir a un proceso en el cual los bancos centrales de economías dolarizadas de la región puedan establecer un mecanismo de coordinación o la creación de un banco central regional para establecer una unión monetaria entre esos países, que pueda ser prestamista de última instancia en caso de que ocurra una corrida en el sector financiero de esas economías.
-A la dolarización se le critica porque limita la posibilidad de promover exportaciones no tradicionales
Me parece que esa crítica es débil. Si vemos lo que ha ocurrido en Venezuela, nos encontramos que ha ocurrido todo lo contrario porque no se ha utilizado el tipo de cambio para promover exportaciones no tradicionales y lo que se ha hecho en 40 años es tener el tipo de cambio sobrevaluado, que se ha traducido en más importaciones, crisis cambiaria y pérdida de reservas internacionales. Al sector exportador se le ayuda mediante la provisión oportuna de bienes y servicios públicos, buena infraestructura de vialidad y portuaria que mejore su productividad. Una crítica que sí es cierta es que la dolarización hace perder la capacidad de respuesta ante shock externos negativos como una brusca caída en los precios del petróleo, que fue lo que ocurrió en Argentina ante la realidad que sus socios del Mercosur se vieron obligados a devaluar. Eso se logra resolver si se tiene un fondo de estabilización macroeconómica, que permitiría reducir la volatilidad. Si el presidente Hugo Chávez hubiera cumplido con la ley de ese fondo –la del FIEM (Fondo de Inversión para la Estabilización Macroeconómica)- que se aprobó en 1998 habría logrado acumular 140.000 millones de dólares y hubiera podido utilizar esos recursos para estabilizar la economía.
-¿Es necesario ir a una privatización en Venezuela?
Es necesario e imprescindible. Una parte central de nuestra propuesta será la de devolver al sector privado las 3.000 empresas que expropiaron Chávez y Maduro y eso incluye a las contratistas de Petróleos de Venezuela que fueron tomadas y no han recibido compensación; y sí hubo un pago se deberá analizar y la tendencia será la de quitarle al Estado aquellas empresas que no pueda operar. El Estado no tiene porque ser empresario.
-¿Se plantea la privatización de PDVSA?
Por supuesto que en ese caso no, pero sí se buscará ampliar la participación del sector privado nacional y extranjero.
-¿Qué otras medidas deben adoptarse al inicio del Gobierno?
El principio básico de nuestro programa de gobierno en el área económica y del sector productivo también será el restablecimiento de la liberta económica. Hemos tenido un gobierno con una filosofía de controlar la actividad económica mediante la expropiación de empresas u ordenarle al sector privado lo que debía hacer, lo que debe producir y al precio que debe vender. Todo eso se debe terminar, se tiene que levantar el control de cambios, también el control de precios y quizás también se mantengan algunos controles de precio en áreas muy sensibles pero en esos casos con la intención de irlos levantando progresivamente. Nuestro plan prevé orientar los subsidios a través del consumo y por eso hemos pensado en el programa de la tarjeta solidaria para compensar a una parte de la población.
Discurso de la Patria
-Después de casi 20 años de revolución bolivariana, ¿considera que ha cesado ese discurso nacionalista que impulsó el presidente Hugo Chávez o continúa predominando en la sociedad venezolana?
El venezolano es sumamente pragmático con eso. Lo que hemos visto en el debate sobre la dolarización es que la mayoría quiere que se tome esa medida y no se está lamentando que vaya a perder su moneda y eso no quiere decir que no respete la figura del Libertador Simón Bolívar. Lo que sí considero un irrespeto al Libertador por parte del Gobierno y del Banco Central que le pongan nombre a una moneda cuyo valor se ha estado destruyendo constantemente. Ciertamente Chávez fue un presidente que tuvo un profundo impacto sobre la forma como los venezolanos se conciben a sí mismo y el país que quieren. Por eso todavía en las encuestas aparece que la mayoría de los venezolanos valoran positivamente la gestión de Chávez y por eso buena parte se sintió identificado con él y sus políticas. Nuestro planteamiento va más allá de esos temas de nacionalismo porque este país como está no le sirve a nadie, no funciona, no es capaz de darle a la gente niveles de vida dignos y los jóvenes lo que están haciendo es buscar la forma de irse.
-En el Gobierno persiste el discurso que la dolarización implica perder la soberanía
La soberanía reside en la capacidad que tiene un país para que su población esté bien alimentada, bien formada, tenga una vida digna y reciba un ingreso que le permita llevar adelante su proyecto de vida. Una población hambrienta como la que tenemos en Venezuela en este momento no es soberana.
-Su padre, Gumersindo Rodríguez, fue ministro de Planificación en el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez (1974-1979) y el programa económico se llamó “La Gran Venezuela”. Luego en el segundo gobierno de CAP (1989-1994) se habló de “El Gran Viraje”. ¿Cómo se llamaría el programa de Henri Falcón con Francisco Rodríguez como jefe del Gabinete económico?
Se llamará “La Gran Transformación”. Seguramente se harán analogías con “La Gran Venezuela” y “El Gran Viraje”.
-Pero fueron planes distintos y en momentos diferentes desde el punto de vista económico
Pero para mí el concepto es bastante diferente porque la idea de la “Gran Venezuela” era la de aprovechar la abundancia generado por el aumento de los precios del petróleo en la década del 70 para que el país pasara a otro nivel de desarrollo planteado para esa época. Luego la visión de “El Gran Viraje” era que se tenía que hacer un cambio total de las políticas estatistas para ir hacia una economía de mercado. Nosotros planteamos algo diferente con mucha coincidencia en el objetivo de “El Gran Viraje”, pero hablamos de gran transformación con la idea es que para hacer un cambio se necesita transformar al país.
¿El programa “La Gran Transformación” no corre el riesgo de no ser viable desde el punto de vista político?
Precisamente por eso no planteamos un viraje sino una transformación de las estructuras productivas del país. Se tiene que partir de una concepción en la cual el Estado se restrinja a hacer que la sociedad funcione y el rol del sector privado sea producir y entre ellos se dé cambio en la forma en que el Estado se relaciona con el sector privado y la atienden a las personas más vulnerables. Si esa transformación no se logra entonces un cambio de políticas no será estable.
-¿No cree que usted se equivocó al apoyar al presidente Chávez al inicio de su gobierno hasta 2002?
Es una excelente pregunta. Hay un dicho en beisbol que dice “es un fácil ser manager después del partido”. Una cosa es estar equivocado con la información que tenía y otra después de todo lo que ha pasado. Mucha gente al inicio del gobierno de Chávez vio la posibilidad de un cambio progresista, moderno, con economía estable y que atendiera los problemas de pobreza, desigualdad y falta de participación que existían en Venezuela. Para mí ese fuel impulso que tuve en ese momento cuando tenía 30 años.
-¿Un error de juventud?
Sí. Si volviera a tener 30 años, lo volvería a hacer porque yo quería cambiar algo, junto con otras personas que estaban en el proyecto de la Oficina de Asesoría Económica y Financiera de la Asamblea Nacional o líderes que dentro del chavismo como Alejandro Armas, Luis Miquilena, José Luis Faría o Ernesto Alvarenga estaban tratando de impulsar una conducción racional y que en lo económico implicó enfrentarse a la visión del ministro Jorge Giordani. Esa pelea con la visión de Jorge Giordani la perdimos pero sigo pensando que había que darla porque gran parte de lo que está pasando en este momento y de la destrucción que ocurrió en este país es responsabilidad de la visión de Jorge Giordani.
-Aún cuando él ahora quiere eludir eso y dice que no responsable de lo que está pasando en la economía venezolana
Exactamente. Yo era un muchacho de 30 años con todas las ganas de ayudar al país y por eso decidí librar esa batalla contra la visión de Jorge Giordani, pero la perdí. Jorge Giordani le hizo mucho daño a este país.
-¿Llegó a pensar en algún momento que el presidente Nicolás Maduro quiso rectificar esa visión?
Le otorgue el beneficio de la duda como muchos venezolanos; pero ahora estoy claro que Maduro nunca quiso escuchar a diferencia de Chávez que sí oía más a pesar de que nunca logramos convencerlo. Puedo decir que Chávez sí era un hombre inteligente e incisivo y con la intención de hacer las cosas bien, pero ese no es el caso de Maduro.
PUBLICADO: 23 de abril de 2018