El sistema biométrico que se ensaya para la venta de gasolina en Venezuela esconde una modalidad de racionamiento que impone el gobierno del presidente Nicolás Maduro y la única manera para que Petróleos de Venezuela no registre pérdidas es con un tarifa cuyo incremento sea de 450.000 veces por encima del actual precio. Tales señalamientos provienen del experto en el negocio de los combustibles, Ramón Castro Pimentel, quien se desempeñó como vicepresidente de Deltaven, la filial de PDVSA que se creó hace más de 20 años para operar el negocio de la distribución de combustibles para vehículos.
“Los costos de producción de la gasolina arrojan un precio por litro de 27 bolívares soberanos (2,7 millones de bolívares fuertes); y si se toma como precio internacional el valor de exportación que tiene el combustible el precio sería de 41 soberanos (4,1 millones de bolívares fuertes)”, sostuvo Castro Pimentel.
Esta tarifa señala que llegar el tanque de 40 litros de un vehículo sedan puede costar alrededor de 1.080 bolívares soberanos o 108 millones de bolívares fuertes si el precio es para que PDVSA cubra sus costos de producción, refinaición y distribución; y podría alcanzar 1.640 bolívares soberanos asumiendo precios de exportación que intenten erradicar el comercio ilegal en zonas limítrofes.
“El contrabando de gasolina es un problema crónico que ha tenido Venezuela porque el precio está entre 10 y 20 veces más barato que en Colombia y no se puede impedir que el combustible pase de manera ilegal al otro lado de la frontera con esa diferencia. Eso es imposible de controlar con fuerza de militares, satélites o medidas tecnológicas”, acotó.
Advirtió que en la actualidad PDVSA no obtiene beneficios por la totalidad de la gasolina que se dirige al mercado interno, que están entre 120.000 y 130.000 barriles por día, volumen no puede ser atendido por la producción local y parte del déficit se cubre con las compras en el exterior. “Venezuela tenía una capacidad de producción de 200.000 barriles diarios de gasolina, pero la refinería de El Palito no está produciendo gasolina, Amuay está en 30% y estamos importando”, indicó.
También alertó sobre la imposibilidad de que se lleven adelante las pruebas para la venta con sistema biométrico por las fallas en los servicios básicos de electricidad y telecomunicaciones. “El Internet y la luz no son estables, el personal no está bien entrenado, las máquinas se dañan y esto se va a convertir en un desastre mayor”, alertó Castro Pimetel.
Adicionalmente mencionó que el consumo de gasolina ha caído por una reducción de 60% en el número de unidades que forman el parque automotor de Venezuela, que disminuyó de 5 millones a 2 millones de vehículos desde 2013.
PUBLICADO: 07 de octubre de 2018