El nuevo esquema de venta de la gasolina de Venezuela, anunciado a fines de mayo, culmina su fase de transición de 90 días este 31 de agosto sin que el gobierno de Nicolás Maduro haya logrado la plena reactivación de las refinerías aunque muestra una ligera recuperación y sin que se cuenten con los recursos para un subsidio directo a hogares que permita eliminar la tarifa gratuita a transportistas y la de 5.000 bolívares por litro.
En principio se plantea una extensión de esa fase de transición -que se ve favorecida por una caída en la demandad debido a la pandemia del COVID-19- y una focalización de la producción de gasolina -en promedio no mayor a 40.000 barriles diarios- principalmente hacia la ciudad de Caracas y sobre todo a estaciones de servicio que venden en dólares con el fin de generar algún flujo de ingreso en divisas.
Petróleos de Venezuela (PDVSA) si bien ha intentado incorporar a empresarios privados al negocio de las estaciones de servicio, no ha logrado efectividad en que particulares concreten la importación de combustibles y a eso se suma la escasa claridad en la aplicación de la tarifa junto a la indefinición jurídica.
Fuentes de PDVSA también señalan que el Ministerio de Trasporte, a cargo de Hipólito Abreu, se ha encargado de obstaculizar las mesas de negociación con los representantes del transporte público, situación que ha impedido que luego de tres meses exista una propuesta o alternativa a seguir regalando el combustible para vehículos de carga y transporte de pasajeros en centros urbanos.
Todo indica que hasta fines de año se mantendrá la tarifa de 50 céntimos de dólar por litro pero se evalúa elevar el precio de la gasolina subsidiada de 5.000 a 10.000 bolívares por litro y se estudian mecanismos de control con el expendio de combustibles a transportistas.
PUBLICADO: 27 de agosto de 2020