En un pronóstico de la Agencia Internacional de Energía se afirma que Estados Unidos dirigirá el crecimiento del suministro de petróleo en los próximos 6 años gracias a la increíble fuerza de su industria no convencional. Según la AIE, para el 2024, Estados Unidos exportará más crudo que Rusia y se le acercará a Arabia Saudita, lo que traerá más diversidad en el suministro en los mercados.
El petróleo no convencional (de esquisto o lutitas) estadounidense creció de cerca de cero en 2010 a más de 7 millones de barriles diarios este año. Esto se debe a que este petróleo es capaz de responder a las señales de precios con más rapidez que otras fuentes de suministro, de hecho puede haber más producción estadounidense si los precios aumentan más allá de los actuales.
Los otros países que se unirán a Estados Unidos como las grandes fuentes de suministro de petróleo son Brasil, Irak, Noruega, los Emiratos Árabes Unidos y Guyana, de acuerdo a la AIE.
Por otra parte se prevé que Irán y Venezuela tendrán las mayores pérdidas, aunque el pronóstico pudiera cambiar drásticamente dependiendo de factores políticos.
Tal crecimiento en la oferta de petróleo requerirá inversiones importantes y por tercer año consecutivo estas aumentarán. La AIE espera que los gastos de capital globales en petróleo y gas crezcan 4% en 2019.
El crecimiento en la demanda de petróleo mundial se está desacelerando. El crecimiento en China es lento, mientras en la India la demanda sigue siendo firme. Para el 2024, la Agencia Internacional de Energía pronostica que el volumen anual de crecimiento de India igualará al de China.
El crecimiento de la demanda en el resto del mundo es dominado por proyectos petroquímicos, principalmente en Estados Unidos, que se benefician de materias primas más baratas como consecuencia de la revolución del petróleo no convencional.
Estos barriles son por lo general más livianos que los de crudo promedio, lo que significa que requieren procesos de refinación menos complejos para transformarlos en productos finales.
El otro factor clave es el sulfuro. Un barril de crudo contiene en promedio 1,2% de sulfuro, lo que requiere que los refinadores usen mucho gas natural para producir hidrógeno para las operaciones de desulfurización, un proceso costoso que produce CO2.
Por otra parte, el petróleo no convencional tiene mucho menos contenido de sulfuro lo que implica operaciones de refinación menos costosas.
PUBLICADO: 15 de abril de 2019