El ex gerente de operaciones de la refinería de Cardón, Lino Carrillo, tiene más interrogantes que certezas sobre el proyecto de alternativas modulares del circuito refinador –mejor llamadas como mini refinerías- para solucionar el problema de escasez de combustibles que afronta Venezuela y se hace preguntas como ¿se consideran rentables para la industria petrolera nacional?, ¿se consigue capital o está disponible para Venezuela?¿existe la demanda local de combustibles?¿qué sucederá con estas plantas cuando se reactiven las refinerías?
“La mayor parte de las mini refinerías que se han instalado en otras partes del mundo son para crudos sumamente livianos, que requieren baja complejidad”, sostiene Carrillo, quien ha realizado un estudio comparativo de este tipo de instalaciones en Nigeria, Kurdistán, Estados Unidos e incluso Guyana. “En Venezuela los crudos livianos y dulces son escasos como para una aventura económica o comercial (como las mini refinerías) y lo que tenemos son crudos pesados y extra pesados que tienen más complejidad y por ende gasto de capital”, añadió.
El experto indicó que los costos varían dependido del país donde se hayan construido estás plantas y mencionó un rango que va desde un mínimo y hasta un máximo de 100 millones y 400 millones de dólares, respectivamente. Incluso, señaló costos por barril que abarcan desde los 5.000 hasta 20.000 dólares, los cuales deben erogarse para atender problemas de capacidad o fallas de transporte.
“En Venezuela no creo que exista la ausencia de la capacidad como existen en otros países como Nigeria o Kurdistán porque tenemos cinco refinerías y se cuenta con una infraestructura para el transporte de crudo”, puntualizó Carrillo. “El objetivo con estas soluciones modulares de refinación es suplir una demanda muy local de combustible y disponer de crudos livianos y condensado que no tiene acceso a una infraestructura”, reiteró.
Advirtió que el desembolso de financiamiento para una mini refinería en Venezuela compite con el objetivo de reactivar el capacidad total de plantas como las que existen en el país, comenzando por las de Cardón y Amuay, que son las de mayor volumen de procesamiento.
“Si se van a invertir 400 millones de dólares en una planta de 20.000 barriles diarios, ¿ese dinero qué representa si se invierten en el Complejo de Refinación de Paraguaná, en El Palito o Puerto La Cruz?”, indicó el experto. “La restitución de estas plantas presenta mejores oportunidades que iniciativas de bajo impacto para la población como el de las refinerías”, finalizó.
Carrillo forma parte de los gerentes despedidos por el paro petrolero de 2002 y 2003. Un año más tarde se residenció en Canadá y se desempeña como consultor para la firma Optimance. Fue de los impulsores en la creación de la asociación civil Gente del Petróleo.
PUBLICADO: 15 de marzo de 2021