La transacción por 49% de las acciones de la Refinería Dominicana de Petróleo (Refidomsa) que tenía Petróleos de Venezuela (PDVSA) a través de su filial PDV Caribe se convierte en la segunda operación que ese país realiza con la administración de Nicolás Maduro, obteniendo ganancias para las cuentas fiscales de esa nación y pérdidas para las de Venezuela.
Las negociaciones se habían iniciado en marzo, pero básicamente la transacción estaba centrada en que PDVSA utilizara sus acciones en Refidomsa para recomprar una porción mínima de sus bonos que estaban en posesión de Patsa, una compañía del Grupo Rizek, que proviene de una familia de origen palestino que se estableció en territorio dominicano a principios del siglo XX y que en la actualidad es uno de los consorcios con mayor participación y poder en distintos sectores productivos.
“El pasado 26 de marzo PDVSA nos informó que tenía una transacción ya acordada con el Grupo Rizek, pero los estatutos de la refinería establecen que el Estado dominicano, por el hecho de tener 51% de la refinería, tiene el derecho de preferencia en los mismos términos de la transacción propuesta”, dijo Jochi Vicente, ministro de Finanzas dominicano.
“Analizando los beneficios económicos de la transacción, tanto desde el punto de vista del precio acordado como por la resolución de la solución corporativa impuesta por todo el tema de las sanciones que impuso Estados Unidos al gobierno venezolano, y desde el punto de vista del
Estado dominicano se buscó que el precio de la transacción fuera razonable y ventajoso. Y aquí el precio al cual se adquirió Refidomsa es más ventajosa al que se vendió”, agregó.
Hace 11 años, PDVSA pagó por ese 49% de la refinería la cantidad de 135,7 millones de dólares y ahora utiliza ese activo para recomprar una parte de su deuda emitida en bonos porque el monto de la transacción acordada con el Grupo Risek fue de 88,1 millones de dólares. Por tanto,
la estatal venezolana no recibió ni un solo dólar por la operación, redujo una mínima parte de sus obligaciones y nominalmente se revela una rebaja de 35% menos de lo que se pagó en el año 2010, porcentaje que se corresponde al más bajo descuento al que se negocian sus títulos.
Este tipo de operación tiene un precedente en 2015, cuando el gobierno de Nicolás Maduro aceptó la propuesta hecha por su homólogo Danilo Medina para recomprar la deuda contraída con PDVSA por suministro de crudo y combustibles a través del acuerdo de Petrocaribe. El saldo de esa obligación alcanzó los 4.123,8 millones de dólares al cierre de 2014 y para resolver el problema financiero se dio una transacción que terminó convirtiéndose en la condonación de más de la mitad de esa deuda porque PDVSA solo recibió 1.933 millones de dólares.
La transacción fue elogiada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) porque mejoró la carga de la deuda pública tomando en cuenta que la venta a crédito de PDVSA a ese país a través de Petrocaribe llegó a representar 25% de la deuda externa pública dominicana. No conforme con este reconocimiento, la revista Latin Finance premió a Medina un año después por haber realizado la mejor transacción financiera en el manejo de pasivos de finanzas públicas de América Latina. “Este es el premio que se dio al país y al presidente Medina por la operación de Petrocaribe que hicimos en enero del año pasado, donde República Dominicana obtuvo un descuento de 52% y una ganancia al valor presente de 500 millones de dólares”, dijo Simón Lizardo Mézquita, quien para ese momento fungía como ministro de Hacienda. Todo indica que el actual mandatario Luis Abinader sigue la secuencia de su antecesor en lo que se refiere a hacer buenos negocios a costa de pérdidas para el fisco venezolano y ambos cierran los entuertos financieros generados por Lionel Fernández, quien acordó con Hugo Chávez el canje o swap de crudo por habichuelas negras (caraotas) a través del acuerdo de Petrocaribe. Incluso, autoridades turísticas dominicanas se reunieron con representantes del Ministerio de Petróleo y PDVSA –para ese momento ambos entes encabezados por Rafael Ramírez- para propiciar intercambios de habitaciones en hoteles dominicanos a cambio de suministro crudo y combustibles. Esta última propuesta fue rechazada.
La conclusión de ambas operaciones hechas por el Estado dominicano: PDVSA perdió 2.414 millones de dólares, pero en la propia corporación hay quien afirma que “los presidentes Maduro y Abinader corrigieron el entuerto financiero que firmaron Chávez y Fernández, pero públicamente nunca se podrá decir y se persistirá que todo se debe a las sanciones de Estados Unidos, lo que también es cierto”.
La gran incógnita es ahora si esta operación le abre la oportunidad de negocios al Grupo Rizek en Venezuela. Su posesión minoritaria en Refidomsa duró escasos segundos o pocos minutos porque la transacción con el gobierno dominicano fue simultánea.
PUBLICADO: 30 de agosto de 2021