A criterio del ingeniero y economista Rudi Cressa, docente del Centro de Energía y Ambiente del IESA, alrededor de 60% de la producción petrolera de Venezuela está siendo suministrada por las empresas mixtas en las que socios extranjeros están en sociedad con la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) aunque en una participación minoritaria no mayor a 40%.
“En el caso de Chevron, la licencia otorgada por la OFAC (Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro) permite realizar inversiones mínimas en mantenimiento y eso abarca la reactivación de posos que tenían una producción diferida tanto en la faja del Orinoco como Petroboscán en el occidente del país”, explica Cressa. “Un factor importante que suma a este factor del aumento de la producción superior a 140.000 barriles diarios - 100.000 barriles de la Faja del Orinoco y entre 30.000 y 40.000 barriles de occidente con Petroboscán – tiene que ver con los acuerdos que se firmaron con Irán para el suministro de condensados, que son clave y si se interrumpen se perdería parte de la producción que aumentó”, acota.
Explica que por el momento las inversiones se limitaron al aprovechamiento de pozos que requerían inversiones mínimas y trabajos mecánicos pero que no son sostenibles en el tiempo debido a que se no se hacen los trabajos necesarios el nivel de declinación puede llegar hasta 20%.
“Bajo un escenario de sanciones se le hace difícil a las empresas invertir en Venezuela y flexibilizar esas medidas depende mucho de los acuerdos políticos que se puedan alcanzar indicó, que se encuentran como en un congelador desde que se suspendieron las reuniones en México”, señaló.
PUBLICADO: 20 de enero de 2022