Por Jeanne Liendo | @jeanneglp
Bolivia apuesta a su potencial de recursos de hidrocarburos, nuevos incentivos económicos y proyectos de industrialización para atraer inversión extranjera, necesaria para revertir la tendencia declinante de sus reservas de gas natural, en momentos en que se aproxima a la renegociación de contratos de exportación.
Más de 90 campos o recursos recuperables por el orden de los 29,2 trillones de pies cúbicos de gas (TCF por sus siglas en inglés) y 0,37 billones de barriles de líquidos asociados al gas, forman parte del potencial exploratorio que el país andino ofreció a empresarios canadienses en el marco de una sesión sobre oportunidades de inversión organizado por el Canadian Council for the Americas, capítulo Alberta.
YPFB tiene un programa de inversiones de más de 6.200 millones de dólares para el período 2019-2021. De esto, el 57% está previsto se destine a actividades de exploración y desarrollo, donde se estima podrían participar las empresas de Canadá.
“Queremos crear asociaciones estratégicas con empresas canadienses”, dijo Luis Alberto Poma, vicepresidente de la empresa estatal boliviana YPFB, durante su presentación, quien considera que las empresas canadienses podrían proveer equipos y servicios para los proyectos de exploración, producción e industrialización.
El sector de hidrocarburos de Canadá cuenta con más de 90 productores y unas 180 empresas de manufactura de bienes, suministro de equipos y servicios petroleros.
Poma también remarcó los cambios que se han hecho al marco regulatorio para mejorar el ambiente de negocios.
Desde la nacionalización del sector hidrocarburos en 2006, YPFB controla toda la cadena de valor del gas natural, mientras que las empresas privadas operan bajo la figura de contratos de servicios. Las regalías e impuestos específicos (sin incluir impuesto sobre la renta) suman 50%. Además, existe una contribución adicional de 32% para los campos más grandes destinado a la revitalización de YPFB.
En contraste, el marco fiscal en Canadá es más complejo, ya que aplican impuestos federales y provinciales de manera diferenciada, y la propiedad de los recursos también es variada. En British Columbia, la segunda provincia productora de gas de Canadá, aplica una regalía de entre 0% y 40%, y la fórmula base depende de la naturaleza de la producción (convencional o no convencional) y del tipo de producto extraído, entre otros aspectos.
Sin embargo, el gobierno de Evo Morales ha flexibilizado desde 2013 el marco regulatorio, otorgando incentivos para atraer inversiones y ser más competitivo frente a sus pares de la región latinoamericana. “La política en Bolivia ha cambiado. Tenemos muchas empresas trabajando (en Bolivia) y queremos que vayan a operar campos”, dijo el vicepresidente de YPFB.
En la actualidad, hay 58 contratos de servicios con 15 empresas privadas nacionales e internacionales, incluyendo la francesa Total, la angloholandesa Shell, la argentina YPF y la española Repsol.
Según Poma, existen tres tipos de incentivos: a la producción de petróleo crudo, a la producción de condensado asociado al gas natural de nuevos campos, y a la producción incremental de condensado asociado a la producción de gas natural de campos marginales y pequeños. En cada caso, el Estado paga entre 30 y 50 dólares adicionales por cada barril producido. Para la producción incremental de condensado el Estado ofrece colocar más del 90% de los barriles al mercado de exportación, en lugar del mercado doméstico, donde el precio de la energía es subsidiado.
El gas natural es el principal motor de la economía boliviana, representado 8% del PIB y más del 50% de sus ingresos por exportación. También tiene un rol clave en el comercio internacional de gas natural al ser principal exportador de gas de Suramérica. Alrededor del 80% de su producción se destina a los mercados de Argentina y Brasil, cuyos contratos de suministro vencen en 2019 y 2021, respectivamente.
Poma es optimista respecto a la relación comercial con sus vecinos y asegura que están en continua conversación con ambos países para llegar a un acuerdo en la renegociación de contratos.
Para asegurar el cumplimiento de estos contratos será clave la adición de reservas -que se situaron en 9.9 TCF en 2015, según el anuario estadístico de BP. Aunque una nueva certificación está prevista culmine en septiembre de este año, la seguridad de la demanda en el mercado internacional es otro desafío. La producción de gas, que aumentó progresivamente desde los 1.42 millones de pies cúbicos de gas por día promedio (mmpcd) en 2006 hasta 2.17 mmpcd en 2014. Desde entonces ha bajado 8%, para cerrar en 2017 con un promedio de 2 mmpcd, según las estadísticas de la Agencia Nacional de Hidrocarburos de Bolivia. YPFB atribuyó esta disminución a una menor demanda de sus clientes internacionales.
Brasil y Argentina también importan Gas Natural Licuado para cubrir su demanda y hacen esfuerzos para desarrollar sus propios recursos.
Valor agregado
La diversificación de mercados, sin embargo, puede darse a través de los proyectos de industrialización del gas natural. El vicepresidente de YPFB explicó que actualmente estudian la factibilidad de construir un complejo petroquímico con capacidad para producir 250.000 toneladas métricas por año de polipropileno. La inversión estimada para este proyecto es de 2.200 millones de dólares.
En 2017, Bolivia puso en funcionamiento una planta con capacidad para producir 1.200 toneladas de amoníaco por día y otras 2.100 toneladas de urea. Entre el 80% y 90% de la producción de urea se exporta a Argentina y Brasil, y el gobierno de Bolivia está en conversaciones para exportar a Paraguay.
PUBLICADO: 08 de octubre de 2018