La Licencia General Nº 44 de la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos (OFAC) apuntaba a convertirse en todo un paraguas que agrupara todos los permisos otorgados en materia de flexibilización de sanciones al sector de los hidrocarburos de Venezuela.
Sin embargo, el anuncio por parte del gobierno de Joe Biden que esa autorización no será renovada el próximo 18 de abril pone en riesgo todas las negociaciones que se estaban dando entre empresas foráneas y representantes de Petróleos de Venezuela (PDVSA); y en ellas figura principalmente un acuerdo en materia gasífera entre la Empresa Nacional de Gas de Trinidad y Tobago (NGC) y British Petroleum (BP) para finalmente operar conjuntamente aguas profundas de la llamada plaforma deltana: Cocuina en el lado venezolano y Manakin en la parte trinitense, que está bajo el control de la empresa británica.
Frente a la imposibilidad de ampararse en la Licencia General Nº 44, la alternativa está que la OFAC apruebe un permiso o conformidad particular como hizo con la NGC y Shell con vencimiento en octubre de 2025 para la explotación del campo Dragón en aguas profundas de Venezuela.
El ministro de Petróleo venezolano, Pedro Rafael Tellechea, ha sostenido reuniones a lo largo de marzo con su homólogo trinitense, Stuart Young, y con el presidente de BP Trinidad y Tobago, David Campbell con el objetivo de avanzar en los términos de un convenio. Incluso, una fuente vinculada al sector energético indica que la diplomacia del Reino Unido se ha movido aceleradamente para lograr una autorización por parte del Gobierno de los Estados Unidos.
PUBLICADO: 05 de abril de 2024