El 22 de abril de 2020 pudo convertirse en el día que Estados Unidos hubiera dejado su presencia centenaria en el sector petrolero de Venezuela, pero la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC por sus siglas en inglés) decidió renovar la licencia por quinta vez a Chevron y las empresas de servicios Schlumberger, Baker Hughes, Wheatherford y Halliburton por casi ocho meses, aunque con restricciones.
La Licencia General 8F sustituye a la 8E, tiene una vigencia hasta 1 de diciembre de este año a las 12:01 a.m. y se adopta para protege los activos que tienen estas compañías en Venezuela, garantizar la seguridad del personal y la integridad de las operaciones, pero prohibe cualquier expansión de producción y cualquier envío de diluyente hacia Venezuela para el mejoramiento de crudos.
Sectores de la oposición venezolana habían solicitado a la OFAC no renovar la licencia y tenían la expectativa que eso no ocurriera porque consideran que las renovaciones “terminan por desvirtuar el objetivo de cambio político que se persigue con las sanciones”, dijo una fuente.
Los representantes de la empresa Chevron, por su parte, también argumentaron ante la OFAC que cesar operaciones en Venezuela hubiera ocasionado la posibilidad que sus activos los hubiera tomado la empresa rusa que sustituye en sus operaciones a Rosneft o la Corporación Nacional de Petróleo de China. En la actualidad la producción a cargo de Chevron en Venezuela está por el orden de 200.000 barriles diarios entre lo que suman Petropiar y Petroboscán.
Las restricciones que establece esta nueva licencia se dan en un momento del mercado petrolero que Chevron ha reducido sus inversiones debido al colapso en los precios del crudo y la caída en la demanda mundial entre 20 millones y 30 millones de barriles diarios.
PUBLICADO: 21 de abril de 2020