Hace 15 años la empresa ExxonMobil dejó de adquirir y recibir petróleo venezolano tras la negativa de migrar al modelo de empresas mixtas que consagra la Ley Orgánica de Hidrocarburos en participación minoritaria, donde el capital mayoritario lo tiene Petróleos de Venezuela (PDVSA).
En ese momento, la compañía optó por iniciar varios procesos de arbitraje internacional -entre ellos el que emprendió en el Centro Internacional para el Arreglo de Disputas relativas a Inversiones (CIADI)- por ser objeto por parte del gobierno de Hugo Chávez y de PDVSA de una acción de expropiación sin indemnización.
A partir de ese entonces, ExxonMobil rompió toda relación comercial con PDVSA. Incluso, en años recientes, tras su exploración y explotación de crudo costa afuera en Guyana, ha colaborado con las autoridades de ese país y ha llevado adelante acciones de lobby para que el reclamo del territorio Esequibo se resuelva en la Corte Internacional de Justicia y por supuesto favorezca a la parte guyanesa.
Sin embargo, el negocio petrolero está marcado por el pragmatismo y la data del Departamento de Energía de Estados Unidos indica que en abril de 2023 los suministros de petróleo procedentes de Venezuela tienen un nuevo cliente que le compra a Chevron: se trata justamente de ExxonMobil.
En total recibió un cargamento de 494.000 barriles de crudo extraído de la faja del Orinoco, lo que arroja un promedio por encima de los 14.600 barriles diarios durante abril, el cual fue recibido en el puerto de Houston.
Paradójicamente, Chevron, que en abril elevó el volumen de exportaciones de crudo venezolano a 140.000 barriles por día, un crecimiento de 250% con respecto a enero cuando se retomaron los suministros hacia territorio norteamericano, en abril figuró como el principal comprador de petróleo guyanés principalmente extraído en el campo Stabroek, en el que participa ExxonMobil en ese país.
PUBLICADO: 12 de julio de 2023