La empresa rusa Rosneft anunció que se va de Venezuela. Esta decisión sí bien tiene consideraciones de geopolítica internacional propia de las relaciones entre Caracas y Moscú, también tiene un precedente vinculado estrictamente a negocios porque los resultados financieros de 2019 indicaron que los negocios en este país sudamericano no arrojaban buenos números: pérdidas en empresas mixtas y una reducción en los montos de inversión.
Durante el año pasado, sus inversiones en Venezuela se redujeron en 44% al disminuir de 138.000 millones a 77.000 millones de rublos (una baja de 2.225 millones a 1.241 millones de dólares) y hay saldo rojo en dos empresas mixtas: Boqueron y Petroperijá, en la cuales tiene 40% participación, con pérdidas netas por 96,7 millones de dólares.
Estos resultados, pese a que las inversiones totales de Rosneft en asociaciones o joint ventures en el resto del mundo, durante el año 2019, aumentaron 8,4% al incrementarse a 803.000 millones de rublos (aproximadamente 10.000 millones de dólares) y en la mayor parte de los casos tienes ganancias.
En principio Rosneft no tenía planes de abandonar Venezuela, pero el viraje que dio el mercado petrolero con la caída en la demanda a consecuencia del coronavirus COVID-19 y la guera de precios del crudo, propiciada por la falta de acuerdo entre Arabia Saudita y Rusia tras la reunión a principios de marzo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) con otras naciones, llevaron a la directiva de Rosneft a revisar y recortar sus inversiones para 2020,
Rosneft en la nota de prensa que difundió no explica las razones de su salida de Venezuela. No obstante, hay analistas de la realidad rusa que sostienen que el caso venezolano fue parte de los temas de agenda entre el presidente de la compañía, Igor Sechín y el mandatario ruso Vladimir Putin a mediados de febrero que abordaron los resultados de 2019.
“Rosneft anuncia la finalización de sus operaciones en Venezuela, la disposición de sus activos, relacionados con la operación en ese país y un acuerdo con la compañía 100% propiedad del Gobierno de la Federación Rusa para vender todos sus intereses y cesar su participación en sus negocios venezolanos, incluidas las empresas conjuntas de Petromonagas, Petroperijá, Boqueron, Petromiranda y Petrovictoria, así como el petróleo, empresas de servicios de campo y operaciones comerciales”, dijo la compañía.
El comunicado no señala el monto de la transacción o de la transferencia de activos hacia otra compañía estatal rusa pero sí se explica que recibirá una cantidad equivalente a 9,6% del capital social de la compañía y que ese dinero será mantenido por una subsidiaria en su totalidad perteneciente a Rosneft y contabilizada como acciones propias.
El Ministerio de Petróleo de Venezuela no ha emitido pronunciamiento, tampoco el titular de ese despacho, Manuel Quevedo ni el presidente de la Comisión para la Recuperación, Reestructuración y Defensa de la Industria Petrolera Venezolana, Tareck El Aissami, mientras que el presidente Nicolás Maduro se remitió -a través de su cuenta en Twitter- a replicar un mensaje del embajador ruso en Caracas.
“No se preocupen. Se trata del traspaso de los activos de Rosneft al Gobierno de Rusia directamente. Seguiimos juntos en adelante”, escribió el embajador Sergey Mélik-Bagdasárov
Desglose de resultados
El informe de gestión de Rosneft de 2019 señala que en el caso de la empresa mixta Petromonagas, en la Faja del Orinoco, la inversión se redujo 68% al bajar a 24.000 millones de rublos (300,7 millones de dólares), la de Petrovictoria cayó 9,6% para disminuir a 28.000 millones de rublos (350,8 millones de dólares) y el monto por este concepto del Consorcio Nacional de Petróleo bajó 16,6% para cerrar en 25.000 millones de rublos (313 millones de dólares). Las pérdidas no reconocidas en el caso de Petroperijá y Boquerón estuvieron en 4.000 millones y 2.000 millones de rublos (50,1 millones y 25 millones de dólares), respectivamente.
Incluso, en la información financiera consolidad se tiene que en 2018 este tipo de inversiones de la empresa rusa cerca de 18,7% se concentraba en Venezuela y esa participación se redujo a 9,5% en el país sudamericano durante la gestión de 2019.
La empresa informa que “monitorea continuamente los proyectos en Venezuela” e indica que “las relaciones comerciales con la petrolera estatal venezolana PDVSA se llevan a cabo sobre la base de los contratos existentes y de conformidad con la legislación aplicable, incluido el derecho internacional”.
PUBLICADO: 28 de marzo de 2020