Las exportaciones petroleras de Rusia hacia Estados Unidos aumentaron 78,6% en el primer trimestre de 2020 cuando se comparan con el mismo período de 2019. En un año, este país pasó a ser el tercer suplidor de crudo y combustibles del mercado estadounidense, solo superado por Canadá y México, y esa posición la alcanza gracias a la desaparición de Venezuela, afectada por las sanciones que impuso el gobierno de Donald Trump, y por los recortes que ha realizado Arabia Saudita.
La data de la Administración de Información de Energía de los Estados Unidos (EIA por sus siglas en inglés) indica que en promedio Rusia exportó 645.000 barriles diarios entre enero y marzo de 2020, volumen que estuvo a punto de duplicar los suministros realizados durante estos mismos meses del año pasado. De esta cantidad, los despachos de crudo sumaron 158.000 barriles por día, 68% por encima del año anterior, y la variación llega a 82,7% en el caso de productos refinados al elevarse a 488.000 barriles diarios.
Uno de los principales compuestos que Rusia envía a Estados Unidos son los aceites sin terminar o para mezclas utilizados para los procesos de refinación, que están por el orden de 417.000 barriles diarios, le siguen componentes de gasolina (38.000 barriles), fuel oil (alrededor de 17.000 barriles diarios) y gasolina con un suministro que alcanza 15.000 barriles diarios.
El sueño de Novak
La expectativa de Rusia, antes de la pandemia, apuntaba también desplazar a México y convertirse en segundo suplidor de petróleo de Estados Unidos y ese era el criterio que defendía el ministro de Energía de esa nación, Alexander Novak, quien en marzo estaba negado a cualquier acuerdo de recorte de producción, postura de la que tuvo que retractarse un mes después debido al colapso en los precios del crudo y la respuesta que dio Arabia Saudita al abrir el bombeo de crudo.
La EIA indica que hace un año los suministros de crudo de Rusia hacia Estados Unidos representaban apenas 3,98% del total y en ese momento todavía Arabia Saudita y Venezuela figuraban entre los cinco suplidores de petróleo, pero eso cambio en el primer trimestre de 2020 porque la proporción rusa se elevo elevó a 7,6% de las importaciones.
El viraje es mayor en el caso de los combustibles. Estados Unidos importó un promedio de 2 millones de barriles diarios de productos refinados entre enero y marzo del año pasado, y esa cantidad es similar este año, pero en 2019 los suministros de Rusia solo capturaron 12,8% y en 2020 ese porcentaje llegó a 24%.
La principal razón por la que las empresas petroleras rusas descartaron cualquier negocio con Petróleos de Venezuela (PDVSA), como lo hubo hasta el 30 de abril con Rosneft, es justamente evitar nuevas sanciones como las que el Departamento del Tesoro le impuso a dos filiales de esta compañía y por supuesto no perder la posición que alcanzaron en el mercado estadounidense.
Incumplimiento de producción
Rusia durante mayo, primer mes del recorte de producción acordado con el mecanismo de la OPEP+, debió recortar la producción en 2,50 millones barriles diarios, pero en la realidad la rebaja fue de 2,34 millones, lo que implica que todavía se registra un nivel de incumplimiento de 6%.
Este país antes de abril se anotaba un nivel de extracción de crudo por 11 millones de barriles y debe bajarlo hasta 8,49 barriles diarios.
PUBLICADO: 25 de junio de 2020