En enero de 2019, un mes antes de que entraran en vigencia las sanciones que impuso el gobierno de Estados Unidos contra toda actividad comercial de Petróleos de Venezuela (PDVSA), Rusia solo exportó 344.000 barriles diarios de crudo y combustibles hacia el principal consumidor de hidrocarburos del mundo. Ni siquiera figuraba entre los cinco países suplidores.
Dos años y medio después, en agosto de 2021 sus ventas hacia Estados Unidos crecieron 131% para alcanzar un volumen de 795.000 barriles por día, de los cuales 45% se corresponde a crudo y 55% a productos refinados. Su incremento se dio básicamente durante la administración de Donald Trump y paradójicamente esa tendencia alcista se ha mantenido desde en los meses que lleva Joe Biden al frente de la Casa Blanca pese a las critícas contra el presidente ruso Vladimir Putin.
La grandes petroleras como Exxon Mobil, Chevron, Shell o BP figuran entre los compradores de petróleo o combustibles rusos, también están empresas refinadoras, medianas o pequeñas como Paulsboro Refining, Atlantic Trading, Best Petroleum, Monroe Energy, Motiva o Trafigura. Incluso, en la lista aparece Valero Energy, que llegó a ser el principal cliente de PDVSA antes de las sanciones. Hasta Citgo -cuya directiva fue nombrada por la Asamblea Nacional que encabeza Juan Guaidó en su rol de presidente interino- se anotó compras de crudo por 18.600 barriles diarios en promedio durante el mes de marzo de este año.
PUBLICADO: 06 de diciembre de 2021