La economista Tamara Herrera, durante el foro “La economía venezolana en la encrucijada” organizado por el ILDIS, explicó que el problema de hiperinflación que afronta Venezuela parte del hecho que se vulneró la autonomía del Banco Central de Venezuela, ya que el ente emisor ha incurrido en financiamiento monetario a las empresas públicas, principalmente PDVSA, y existe una opacidad estadística.
Herrera mostró los cambios paulatinos en el BCV como la pérdida de su independencia (consagrada en la ley de 1992) y la sustitución de sus miembros por razones políticas.
En la constitución de 1999 se señalaba la prohibición del Banco Central de financiar el régimen fiscal en su artículo 312 y la obligación a rendir cuentas, aspectos que actualmente no se cumplen.
En el año 2009 se reformó la ley del BCV que permitió el financiamiento a PDVSA y el régimen fiscal. En 2014 comenzó el debilitamiento de las reservas internacionales que no se vio por los altos precios del petróleo y en 2015 se hizo la reforma más fuerte que borró la participación de la Asamblea Nacional en la elección del directorio del BCV. La información sobre el índice de inflación pasó a ser secreta.
La economista y directora de Síntesis Financiera también señaló como el diseño del actual modelo económico se basa en la sobreregulación con el racionamiento de divisas (impuesto desde 2003), los controles de precios y la legislación laboral que pregona la inamovilidad y promueve el “manganzoneo”. La actual política económica también se caracteriza por una presencia permanente de subsidios ineficientes y costosos para el país que junto a los factores anteriores fueron los precursores de la escasez.
La ausencia de confianza también generó una caída en la demanda de dinero que es una base de la hiperinflación.
Luego del colapso petrolero la porción líquida de las reserva internacionales se encubrió con el oro, que son reservas no operativas.
Las tasas de interés negativas crónicas impulsan la demanda de otras monedas más fuertes que el bolívar y causa inflación.
Entre los requisitos para una reforma exitosa de la política económica, Herrera recomienda la recuperación de la autonomía del BCV y aumentar la credibilidad y gobernabilidad con un nuevo liderazgo.
El cambio también debe incluir inclusión política, una red de seguridad social, financiamiento para aumentar las importaciones, una reestructuración de la deuda externa y una reingeniería de la empresa Pdvsa.
PUBLICADO: 09 de noviembre de 2018